viernes, 26 de febrero de 2010

CUANDO EN WATERPOLO SE ENTRENE… WATERPOLO por Pablo García

El escrito de hoy viene de un compañero, de un loco del waterpolo, un buen amigo. Un entrenador que siempre pide y pregunta, y que también sabe aconsejar cuando se le pregunta. Un apasionado del waterpolo que hoy nos da su visión. ¡Yo encantado!

Pablo:
Mi escrito no tiene como finalidad criticar la labor de los entrenadores, ya que yo mismo en mi etapa como entrenador he realizado los entrenamientos siguiendo el modelo tradicional. Simplemente quiero hacer una reflexión sobre la evolución que en mi opinión debería producirse en el waterpolo, sobre todo en lo que se refiere a la metodología de entrenamiento.
El waterpolo es un deporte que ha estado siempre vinculado a la natación. De hecho en la mayoría de clubes se practican ambos deportes de forma simultánea hasta que los jugadores tienen una cierta edad y pueden escoger uno de los dos deportes. Está muy extendido que es imprescindible tener una buena base de natación para ser un buen jugador de waterpolo. Por lo que muchos entrenadores hemos tendido a realizar entrenamientos de waterpolo en los que la natación ocupa una parte muy importante.
Yo quiero matizar esta afirmación, ya que considero que un jugador no puede ser competitivo sino tiene un gran dominio del medio acuático. Para tener este dominio es necesario que adquiera las habilidades motrices básicas en el medio acuático como son las flotaciones, desplazamientos, saltos, manipulación de objetos y giros. Y estas las puede adquirir en una escuela de actividades acuáticas, previas a practicar el waterpolo en categorías benjamín, alevín…, donde aprenderá las habilidades específicas. Considero que los jugadores pueden formarse adecuadamente siguiendo este modelo, sin necesidad de que en ninguna de estas fases se realicen entrenamientos específicos de natación.
Un jugador de waterpolo, no utiliza en ningún momento del partido, los virajes de crol o espalda, la submarina de braza, la respiración bilateral, o una salida del podium; así como un jugador de futbol no utiliza la salida baja de atletismo, el salto de pértiga o el triple salto.
Volviendo a la premisa anterior de que un buen jugador de waterpolo tiene que nadar bien, los entrenadores destinamos buena parte del entrenamiento a hacer ejercicios específicos de natación, series de 100, 200… En cambio los jugadores de futbol, baloncesto, balonmano u otros deportes, no realizan series de 400 u 800 en pistas de atletismo. En estos deportes se trabaja la velocidad, resistencia, fuerza…, a través de circuitos y entrenamientos específicos pero también con ejercicios de posesión de balón, partidos con normas adaptadas, o juegos diversos. Pero en ningún caso acuden a las pistas ni realizan entrenamientos específicos de atletismo.
Yo propongo que los entrenamientos de waterpolo, tanto de equipos de base como absolutos, sean eso, entrenamientos de waterpolo. En los que por supuesto debe trabajarse la condición física, pero que se puede conseguir sin necesidad de hacer series de natación. Se pueden realizar entrenamientos, en los que no haya carriles, donde los jugadores no lleven gafas. En los que no se realicen entrenamientos de natación, si no ejercicios de waterpolo. En los que los virajes se sustituyan por giros con patada trudgeon o braza, donde el balón tenga un papel importante. Muchos jugadores no tienen un buen dominio del balón si lo comparamos con otros deportes. Y para mí lo más importante, entrenamientos en los que el jugador deba pensar, tomar decisiones.
Dedicamos aproximadamente el 40% del tiempo de entrenamiento semanal a nadar, un 20% a hacer pases, un 20% a hacer lanzamientos y como mucho un 20% a hacer partidos y/o jugadas de superioridad o inferioridad. En el partido les exigimos que tomen las decisiones correctas. El nado que tanto han trabajado no es lineal, sino que deben nadar hacia la posición correcta, desmarcándose para recibir el balón en ataque, ocupando los espacios, ayudando a los compañeros en defensa… Los pases lineales que tanto hemos trabajado, resulta que en el partido son inexistentes, la mayoría son laterales, con un jugador presionando, y deben tomar una decisión para cada uno de ellos, entrarla a la boya, mover hacia un lado, hacia el otro, con ventaja… Lo mismo ocurre con el lanzamiento, e incluso nos encontramos situaciones que engloban las tres acciones, donde el jugador debe decidir si lanza, nada o pasa.
Por lo tanto creo que los entrenamientos deben ir orientados a las situaciones con las que se encontrará en los partidos. No creo que esté mal ningún ejercicio, pero deben estar ajustados a un contexto. Considero que las habilidades de waterpolo deberían trabajarse en un contexto de situaciones de juego, donde continuamente el jugador deba tomar decisiones. Esto hará enriquecer su formación ya que será capaz de realizar las acciones en todo tipo de situaciones, además de tomar la decisión correcta para cada jugada.
Sé que muchos entrenadores pensarán que estas ideas son utópicas, ya que no disponen del espacio suficiente, que el club obliga a sus jugadores a hacer natación… Pero yo creo que siempre podemos hacer más, que podemos adaptar el poco espacio del que disponemos, y que hay jugadores de categorías cadete, juvenil o absoluto que sólo hacen waterpolo. Por lo que todo y las dificultades podemos empezar a trabajar el waterpolo con este modelo, en el que en waterpolo se entrene… WATERPOLO!

2 comentarios:

  1. que razón tiene lo que has escrito Pablo, estoy contigo.

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  2. JO TAMBIEN ESTOY CONTIGO!TE LO DICE UNA EXPERTA EN WATERPOLO

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